El pueblo de los uigures vive bajo una presión similar a la que oprime a los tibetanos, bajo la poderosísima ofensiva militar, económica, cultural y demográfica de la etnia mayoritaria en China, la de los han. Pero su causa es, con enorme distancia, mucho menos conocida y popular que la de los tibetanos, en buena medida porque no tienen un gran líder carismático como el Dalai Lama que los represente por el mundo y porque no son budistas, sino musulmanes, en un mundo donde la islamofobia está en crecimiento.